Uno de los problemas más graves que afectan actualmente en la sociedad
es la violencia de género y muchas veces cuesta reconocer a este flagelo que ya
no es patrimonio de una clase social o de un tiempo, sino que silenciosamente
va creciendo y cuesta mucho detectar los primeros signos violentos y
sometedores.
¿Cuál es la reacción ante casos conocidos o cercanos de violencia?. Muy
pocos son los que se atreven a denunciar o involucrarse. En la mayoría de los
casos se mira para otro lado o se lo deja pasar, ya sea por miedo o desinterés.
Creo que es hora de que las personas sean conscientes que la violencia
de género incluye cualquier acto de agresión que tenga como resultado
sufrimiento físico, sexual o psicológico incluyendo las amenazas.
La violencia de género es ejercida contra cualquier persona e impacta de
manera negativa en su identidad y bienestar social, físico o psicológico.
Incluye asalto o violaciones sexuales, prostitución forzada, explotación
laboral, el aborto selectivo en función del sexo, violencia física y sexual
contra prostitutas, entre otras.
Aunque tanto hombres como mujeres pueden ser abusadores o violentos,
aproximadamente el 93% de los abusadores son hombres. Los abusadores con
frecuencia presentan una imagen de "buen proveedor" y suelen tener una baja autoestima. Es común que se nieguen a aceptar su responsabilidad por
la violencia, e intentan racionalizar su causa o culpar a la victima de ser la
causante. Hoy en día existen organismos que luchan contra la violencia de
género y sostienen que es necesario conocer e informarnos sobre los síntomas y
señales de un hombre violento. De esta manera podemos prevenir situaciones de
maltrato y violencia.
Estas son algunas señales que debes tenes en cuenta:
1.
Comportamiento controlador: Monopoliza
e tiempo de la persona abusada; no le permite tomar decisiones sobre su ropa,
su peinado, como invertir su dinero o buscar un empleo.
2.
Comportamiento violento: Pelea
en reuniones sociales, en la calle o en los bares
3.
Celos: De
las amistades, familiares, compañeros de trabajo, etc. Pueden convertirse en
una obsesión y dañar tu autoestima.
4.
Doble fachada: En
público generalmente es seductor, simpático, amable, pero en la intimidad puede
ser muy agresivo y violento. No es extraño caer en la seducción de su discurso,
incluso para jueces, policías, profesionales, amigos y parientes.
5.
Aislamiento: De amigos, familia y
vecinos. Muchas veces la victima teme que si saluda a una amistad, el
victimario se pondrá celoso y furioso.
6.
Abuso de
alcohol/drogas/medicamentos: Aunque no es
causa de un comportamiento violento, se ha comprobado una frecuente asociación,
ya sea porque aumenta el enojo y la peligrosidad o porque inhibe el
autocontrol.
7.
Abuso verbal: Usa
nombres hirientes y ofensivos; menosprecia a la victima tanto en público como
en privado.
8.
Culpadores: El
abusador culpa a la victima y/o a otros de sus problemas, por ejemplo de la
pérdida del empleo.
9.
Repetición del ciclo de la
violencia: Cuantas más denuncias y episodios de violencia en
períodos más cortos de tiempo, mayor es la peligrosidad del agresor.
10. Violentos con
terceros: Los hijos y las mascotas pueden llegar a
recibir maltratos a causa de la ira del agresor.
11. Historial
familiar: El abusador puede haber visto violencia doméstica
en su familia nuclear, y también sufrir abandono o desinterés por
parte de sus padres.
12. Posesión de
armas: Con mucha frecuencia se presenta la posesión y uso
intimidatorio de armas de fuego; no obstante, cualquier objeto hogareño
especialmente los cuchillos pueden convertirse en armas mortales.
13. Desencadenantes de la
violencia: Por lo general se comportan de manera sumamente
violenta por hechos triviales que más tarde no recuerdan.
14. Golpes físicos: Algunos
dejan marcas imperceptibles, y otros llegan a ser invalidantes (especialmente,
cuando son en la cabeza, cuello y área abdominal durante el embarazo).
15. Cambios súbitos e
impredecibles de humor: En un momento está bien y
rápidamente explota. Suele destruir objetos sobre todo si son significativos
para la mujer y los hijos.
16. Espionaje: En
algunas ocasiones emplea tácticas de espionaje o contrata a terceros, graba las
conversaciones, controla las salidas y amistades de su mujer a través de sus
hijos, compañeros de trabajo, familiares y amigos.
17. Simulacros y/o
amenazas de suicidio u homicidio: hacia su pareja, a sí
mismo e hijos/as.
18. Busca aliados: En
su entorno hace proselitismo para su causa. Utiliza a los hijos de mensajeros o
espías de las actividades de la madre.
19. Usa frecuentemente el
sexo: Como señal de poder, recrimina a la mujer lo que en
realidad son sus propias falencias y/o problemas (hay insultos frecuentes y
sexistas).
20. Anónimo: No
siempre se identifica, a veces, recurre a terceros para enviar mensajes, a llamados
telefónicos anónimos (llama y cuelga), o envía cartas sin firmar.
21. Regalos: Obsequia
presentes de manera interesada, inoportuna y para lograr el perdón.
22. Baja autoestima: Se
siente inseguro, tanto en el papel de hijo como en el de padre, amante y/o esposo.
23. Dependencia emocional
de la mujer: Esto puede ser fatal cuando la mujer decide
abandonarlo... “Ella es todo para mí; si se va no respondo de las
consecuencias”.
24. Depresión: Es
frecuente que sufran estados tristeza o ansiedad.
25. Actitud
machista hacia las mujeres: El abusador generalmente
cree que cada género tiene un rol estricto. Cree que el trabajo de la mujer es
cuidar el hogar y de él. En las relaciones entre parejas del mismo sexo,
generalmente la persona con el carácter más fuerte es el que termina sometiendo
a la de carácter más débil.
En muchas ocasiones, para tratar la violencia de
género es necesaria una intervención previa donde el afectado pasa por un
periodo de reflexión y quizás varios intentos de salir de esa relación
violenta, con ayuda terapéutica hasta que tome la decisión definitiva. A partir
de entonces el apoyo psicológico se centrará en varios aspectos:
1. Evaluar
primero las secuelas que ha dejado la situación vivida en la persona y
graduarlas para establecer un orden para el tratamiento.
2. Informarle sobre la violencia de
género: lo que es, causa y origen.
3. Reducción de la activación y la ansiedad (insomnio, crisis de
pánico, etc.)
4.Fomento de la autonomía a través de
un cambio de ideas orientando la persona a la busca de empleo, recuperando
apoyo social y familiar.
La prevención incluye un cambio en la forma de ver
las relaciones entre hombres y mujeres, un cuestionamiento de los roles
sociales y estereotipos, del lenguaje, etc. También incluye un compromiso desde
la educación, como dijimos anteriormente, para detectar los signos de
violencia.
Toda la sociedad debe trabajar para erradicar y prevenir este problema que es de todos. Heblemos y denunciemos. ¡JUNTOS PODEMOS!